DEDICATORIA DE EL CENTRO ECO TURISTICO DEL ESTE DE APRODEC A ISABEL ROSADO MORALES
Por Arquitecto Manuel J. Martínez, Presidente
Alianza Pro Desarrollo Económico de Ceiba (APRODEC)
Hoy, 5 de noviembre en el natalicio de la heroína ceibeña, Doña Isabelita Rosado conmemoramos, celebramos y honramos su vida porque ella vivió con el espíritu puertorriqueño de desarrollo pleno.
Recordamos como Doña Isabelita decía que el barrio Chupacallo era el más bonito de Puerto Rico “Cuanto añoro aquel techo de paja de mi bohío allá en la loma”, expresó en uno de sus escritos.
Su vida de entrega a la defensa de los derechos humanos fundamentales como lo son el derecho a la vida, a la paz, la igualdad, y la búsqueda de la felicidad ha sido y será fuente de inspiración y ejemplo para el pueblo de Ceiba en general y de APRODEC en particular.
El que hoy podamos estar aquí en este edificio que albergó los cuarteles de la MARINA durante 60 años, y que, además, sea el primer edificio que se pone en manos de nuestra comunidad para auto gestionar su desarrollo social y económico, es el resultado de una lucha dura, intensa y valiente de la que Doña Isabelita, fue ejemplo insuperable.
Desde luego, la lucha social en pro de la defensa de los derechos fundamentales tiene muchas vías y escenarios. Algunas de esas vías se distinguen por elementos de conflictividad, los cuales, y dado ciertos escenarios históricos, obligan a los actores a asumir posturas firmes y valientes, que de no hacerlo el ideal perseguido moriría. Bajo esas condiciones les tocó vivir a Doña Isabelita Rosado. Lo importante es inspirarnos por su perseverancia y constancia en la búsqueda por alcanzar un ideal noble. Doña Isabelita, de la cual podemos testificar por conocimiento propio, demostró lo importante que son las convicciones para formar su carácter, y que adornado por la compasión, solidaridad, energía y alegría de vivir todavía nos inspira.
En nuestro caso, la obtención de estas instalaciones que hoy dedicamos, conllevó una lucha tenaz de 12 años. Incluso, no olvidemos que hace pocos meses atrás se amenazaba al país con la venta de la infraestructura de esta base a intereses extranjeros para despojarnos de manera total e irreversible de este recurso. Y como olvidar la famosa frase de “such is life”, con la que se quiso sentenciar a los pueblos de Ceiba y Naguabo, por ende, a Puerto Rico, a mirar desde lejos el potencial desarrollo económico que este maravilloso recurso tiene para las presentes y futuras generaciones.
Frente a esos planes siniestros, el corazón de nuestro pueblo, en el monte, en el mar, en la arena, en los manantiales y en el río, latía el amor patrio que nos enseñó con su modelaje Doña Isabelita Rosado. Frente al pretendido despojo; se impuso el arrojo. El arrojo de un pueblo que no se rindió, surge en este proyecto, la esperanza de un nuevo desarrollo social, cultural, económico, educativo, ético y espiritual para esta región.
Por eso, hoy 5 de noviembre de 2016, dedicamos estas instalaciones a la memoria de Doña Isabelita Rosado, como un acto de justicia y esperanza. De justicia porque este proyecto pretende organizar todo su funcionamiento y práctica para el bien común, en la que las presentes y futuras generaciones comprendan y realicen una vida con propósitos y significado, oponiéndose a toda clase de iniciativa codiciosa que daña la comunidad. De esperanza, porque así vivió Doña Isabelita, siendo inspirada por lo invisible.
Isabel Rosado fue el prototipo del ser humano que supo sacrificar su bienestar personal para crear y asegurar espacios de justicia, paz y esperanza para todos.
Hoy, nos toca afrontar nuevas vías para que esos altos ideales que inspiraron la vida de Doña Isabelita se materialicen. Aquí, ya tenemos un edificio y un proyecto grandioso a desarrollar.
La realización de este proyecto será posible, con el esfuerzo organizado, inteligente, intenso y solidario de nuestro pueblo. Un pueblo que cree que la fuerza transformadora y la capacidad de creación de riquezas, para sacar a Puerto Rico del estancamiento económico está en sí mismos; en la gente; en el talento autóctono; en nuestro patrimonio natural y cultural; en las comunidades.
Confiamos que cada persona que entre a estas instalaciones, en particular cada puertorriqueño, al ver este hermoso mural de Doña Isabelita Rosado, medite y reflexione y se comprometa con el renacer de esta región oriental y de Puerto Rico. Este es el compromiso que asumimos hoy, al dedicar este edificio a la memoria de Doña Isabelita Rosado. Su vida prolongada de 107 años de sacrificio y lucha, no han sido en vano.
- A Doña Isabelita y a los herederos de su legado le decimos; que APRODEC, como Administrador y custodio de estas instalaciones, asumimos, con el mismo espíritu de lucha que usted nos mostró, el compromiso de luchar para que los propósitos y objetivos del proyecto que representamos se cumplan a cabalidad. No descansaremos hasta que esta región oriental, y por ende el archipiélago de Puerto Rico, alcance los niveles de justicia y desarrollo integral necesario para que nuestro país sea un lugar en que el progreso sea público, es decir esté al servicio de todos.
Así nos ayude Dios.
Leave A Reply