Isabel Rosado Morales
por Edwin F. Rosario, 2 de octubre de 2016 en el 6to Festival del Limber, Ceiba
La foto de Isabel Rosado Morales, Flor de Guayacán, que ven a mi lado, la tomé el 5 de noviembre de 2014. Ese día, a unos pasos de aquí, celebrábamos los 107 años de vida de Isabelita. Ciento siete años de integridad, de humildad, de lucha y entrega por la unidad libertaria de su Puerto Rico. De lealtad a su Patria, al Nacionalismo y a su líder, don Pedro Albizu Campos. Años también de entrega incondicional a Vieques, isla municipio a la que Albizu le encomendó que le mostrara a los puertorriqueños para que vieran como se realizaba la crueldad de la colonia impuesta por los norteamericanos a nuestro país.
Durante los días 16 y 17 de marzo de este año, en el Recinto de Utuado de la Universidad de Puerto Rico, se celebró el Quinto Coloquio sobre Historia de las Mujeres. Con el tema Rebeldes y revolucionarias, el Coloquio se dedicó a la líder nacionalista puertorriqueña Isabel Rosado.
¿Quién era Isabel Rosado Morales?
Isabelita, como amorosamente le decimos, nació el 5 de noviembre de 1907 en el barrio Chupacayo de Ceiba. Decía Isabelita que era el barrio más bonito de Puerto Rico. “Cuanto añoro aquel techo de paja de mi bohío allá en la loma”, decía ella en uno de sus escritos.
Sus padres, Doña Petra Morales y don Simón Rosado, fueron cultivadores de arroz. Autodidactas en su formación educativa, que se preocuparon de facilitarle a sus hijos una formación académica amplia e integral.
Debido a problemas de salud, Isabel comenzó tarde en la escuela. Sin embargo, se destacó como una estudiante sobresaliente. Cursó estudios primarios y secundarios en Ceiba, Naguabo y Fajardo, y se graduó de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, vocación a la que dedicó parte de su juventud. Fue maestra rural por espacio de 14 años.
La Masacre de Ponce ocurrida en el 1937 estremeció profundamente su sensibilidad, decidiendo en ese momento su futuro: poner vida y hacienda a disposición de la Patria.
Conoció a don Pedro Albizu Campos en 1946 en la ciudad de Nueva York y en el 1950, a raíz de la Revolución Nacionalista, fue arrestada, por lo que cumplió 15 meses de cárcel.
En la prisión fungió como trabajadora social en el entonces Departamento de Salud. Junto a Blanca Canales, doña Carmen Rivera de Alvarado y a otras mujeres, fue miembro fundadora de la Sociedad Insular de Trabajadores Sociales, organismo que hoy se conoce como el Colegio de Trabajadores Sociales de Puerto Rico.
En marzo de 1954, seis días después del Ataque al Congreso de los Estados Unidos realizado por Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda, Irving Flores y Andrés Figueroa Cordero, fue nuevamente arrestada en la sede del Partido Nacionalista. Con ella, arrestados también, Doris Torresola, don José Rivera Sotomayor y Carmen María Pérez, quienes cuidaban y protegían a don Pedro Albizu Campos que estaba postrado en cama como consecuencia de las quemaduras de la tortura con rayos láser a la que era sometido.
Ese día del año 54 un comando policiaco atacó la sede, y el grupo de nacionalistas, entre ellos Isabelita, ejercieron su derecho a la autodefensa. El 8 de febrero de 1955 fue declarada culpable por violación a ley de armas y ataque para cometer asesinato contra un policía. Por estos hechos cumplió 11 años de prisión, saliendo de la cárcel en diciembre de 1965. Ocho meses después de la muerte de su amado líder don Pedro Albizu Campos.
Luego de ser liberada, Isabelita visitaba continuamente a los nacionalistas que todavía permanecían en prisión y a sus familiares para atender sus necesidades y facilitar la comunicación y ayuda con los diferentes componentes del Partido. Además, para mantenerlos al día de los acontecimientos generales. Para realizar esta labor se transportaba en carros públicos y era frecuente que se quedara a dormir en la sala de las casas en que la noche la sorprendiera. Así de dedicada y comprometida era su vida con la liberación de su Patria.
Isabelita había sido asignada por el Partido Nacionalista, a través de su Presidente don Pedro Albizu Campos, a organizar la lucha comunal en el municipio de Vieques para sacar a la marina. En el 1979, a los 72 años de edad, fue una de las protagonistas de las acciones de desobediencia civil que se dieron en una etapa en la que fueron arrestados y encarcelados también una veintena de activistas, así como asesinado en una cárcel de Estados Unidos el mártir de la lucha anticolonialista Ángel Rodríguez Cristóbal.
Las instrucciones que se habían impartido eran que, en la desobediencia civil y en la militancia pacífica, no enfrentaran físicamente a la milicia norteamericana, limitándose a permanecer sentados frente a la agresión de la marina. A eso Isabelita instruía lo contrario, “De pie, le decía a quienes la acompañaban en esa acción, al enemigo no se espera de rodilla”. La fotografía en la que una fornida mujer militar se posaba sobre su frágil cuerpo para arrestarla, recorrió el mundo. Esa foto quedó como testimonio de la resistencia de un pueblo que luchó y triunfó superando el poder militar más grande del planeta. Años más tarde, esa mujer militar le pedía perdón a Isabelita.
A finales de los años noventa y principios del 2000, Isabel fue arrestada nuevamente en Vieques por su participación en los actos de desobediencia civil de aquella nueva etapa. Si bien aún quedan acuerdos pendientes por cumplir, la masificación del proceso logró finalmente sacar a la Marina de Guerra estadounidense de la isla Municipio de Vieques y del pueblo de Ceiba.
Durante su vida, siempre unitaria en la lucha libertaria de nuestra Patria, Isabelita estrechó lazos de amistad y peregrinó, sin estar atada a estructura política alguna, a través de todo el espectro político progresista de nuestro país y de otros pueblos como República Dominicana, Cuba y México.
Rita Zengotita Ramos, líder del Comité Pro Derechos Humanos de Puerto Rico describe a Isabelita de la siguiente manera, cito “Heroína puertorriqueña y militante revolucionaria del Partido Nacionalista de Puerto Rico, organismo que para la década de 1950 lideró el Dr. Pedro Albizu Campos, apóstol de la nación puertorriqueña.
Esta mujer, de inmensurable sensibilidad e inquebrantable compromiso y valor, es un vivo ejemplo de la dignidad. No ha habido mordaza ni encarcelamiento capaz de detenerla. Su vida ha sido una de total entrega a la lucha por la independencia de la Patria, la justicia social y la concreción del proyecto unionista bolivariano de los pueblos caribeños y latinoamericanos. Nos ha enseñado a vivir como independentistas y como puertorriqueños y nos ha enseñado a pensar, al puertorriqueño, desde nuestra grandeza como pueblo, y a romper los esquemas propios del colonizado”. Fin de la cita.
Isabel Rosado Morales, Isabelita, falleció el 13 de enero de 2015 a los 107 años de edad.
De estar viva, de seguro, Isabelita estaría, acompañada de su inseparable hermana Alejita, en alguna de las actividades en protesta por imposición de la Junta de Control Fiscal que al día de hoy impone su voluntad para continuar el estado colonial a nuestro país al igual que lo hicieron los cañones de la armada norteamericana cuando invadieron a Puerto Rico en 1898.
Para despedirme solo me queda decir una palabra y un nombre,
¡Viva Isabelita!
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